
Los peregrinos de Teresa, han recorrido hoy la distancia que separa su localidad del Santuario con un paisaje muy distinto del realizado el año pasado. Con la visión del Santuario rodeado de un color gris oscuro que les ha recordado la angustia vivida en los días del incendio que también puso en peligro sus casas y su pueblo.
Pero eso no ha perturbado el camino hacia Cueva Santa, y la alegría, la diversión y el buen humor del que hace alarde esta romería y estos amigos, se ha demostrado una vez más, cuando al son de la música, pequeños y los no tan pequeños han bailado, cantado y reído. La Unión Musical de Teresa no ha dejado de tocar alegres pasodobles que ha sido el deleite de todos los que allí nos encontrábamos, haciendo de esta romería un día de fiesta grande.
Una homilía sencilla, oficiada por el párroco de Teresa, cantando los gozos de la Cueva Santa al finalizar la misma como es tradición. Momento que también ha sido aprovechado para la presentación del pequeño Julen a la Virgen de la Cueva Santa, para que lo bendiga y proteja.
